
La final de la UEFA Europa League, entre el Tottenham Hotspur y el Manchester United disputada en el estadio de San Mamés el 21 de mayo de 2025 en Bilbao, España. [Crédito: PRESSINPHOTO SPORTS AGENCY / Alamy Stock Photo]
El Tottenham Hotspur y el Manchester United llegaron a Bilbao con el peso de temporadas domésticas complicadas. Ambos clubes, gigantes de la Premier League, buscaban redimirse en la final de la Europa League 2025.
La ciudad vasca, con su fervor futbolero, fue el escenario perfecto para un duelo que prometía chispas. De hecho, este choque entre dos equipos ingleses convirtió el evento en una rivalidad doméstica amplificada en un escaparate europeo. El Tottenham, con su estilo aguerrido, enfrentó a un United desesperado por un trofeo. La victoria de los Spurs por 1-0 marcó el fin de una espera de 17 años sin títulos importantes.
Además, este triunfo aseguró un codiciado pase a la Champions League, un alivio financiero y deportivo para un club que terminó en la mitad baja de la liga. Parece que la Europa League se convirtió en el salvavidas perfecto para los londinenses.
Un histórico enfrentamiento completamente Inglés en Bilbao
La intensidad del partido reflejó la familiaridad entre ambos equipos. Ya se habían enfrentado dos veces en la Premier League esa temporada, con el Tottenham ganando ambos duelos. Por lo tanto, el encuentro en San Mamés fue un capítulo más en una rivalidad candente.
Los aficionados mexicanos, siempre atentos al fútbol europeo, no podíamos despegar los ojos de la pantalla. Claro está, ver a dos clubes ingleses luchando con tanta garra en un estadio español tenía un sabor especial.
La narrativa de redención, sumada al contexto de sus campañas domésticas flojas, hizo que esta final fuera más que un partido. Fue una oportunidad para que el Tottenham demostrara que sigue siendo un contendiente de élite.
El triunfo del Tottenham en San Mamés
El 21 de mayo de 2025, el Estadio San Mamés brilló con 49,224 espectadores. A las 9:00 p.m. hora local, o sea 14:00 hora CDMX, el silbatazo inicial marcó el arranque de un partido tenso.
El Tottenham se impuso con un gol solitario de Brennan Johnson en el minuto 42. La jugada, una combinación por la banda izquierda con Richarlison y Bentancur, culminó con un disparo que rebotó en Luke Shaw. Aunque el gol fue algo desordenado, encendió la esperanza en los hinchas de los Spurs.
Por su parte, el Manchester United presionó con todo en la segunda mitad. Sin embargo, la defensa del Tottenham, liderada por un impecable Cristian Romero, resistió los embates. Guglielmo Vicario, el portero, se lució con paradas clave, incluyendo un cabezazo de Shaw en el minuto 97.
La actuación de Romero le valió el título de Hombre del Partido. Su solidez, junto con un bloqueo crucial de Micky van der Ven, frustró las esperanzas del United. A pesar de dominar la posesión con un 65% y lanzar 15 disparos contra solo tres del Tottenham, los Red Devils no encontraron el gol.
Felix Zwayer, el árbitro alemán, manejó el encuentro con autoridad bajo una noche fresca de 14 °C. Sobre todo, la capacidad del Tottenham para resistir y capitalizar su única gran oportunidad demostró una táctica pragmática que sorprendió a muchos. Los aficionados mexicanos, acostumbrados a partidos de garra en la Liga MX, aplaudieron la entrega de los Spurs.
El camino rocoso del Tottenham a la gloria
El Tottenham llegó a la final tras una travesía exigente. En la Fase de Liga, enfrentaron a equipos como Qarabağ, Galatasaray y Roma, terminando en cuarto lugar. Luego, en las eliminatorias, superaron al AZ por 3-2, al Eintracht Frankfurt por 2-1 y al Bodø/Glimt por un contundente 5-1 en semifinales.
Cada victoria forjó su carácter, especialmente tras una temporada doméstica decepcionante. Por su parte, el Manchester United tuvo un camino igualmente duro, venciendo a la Real Sociedad, Lyon y Athletic Bilbao. Aún así, los Spurs llevaron la ventaja psicológica tras ganar sus dos duelos de liga contra el United.
Los hinchas del Tottenham, que han esperado años por un momento así, celebraron como si no hubiera mañana. Desde México, este camino lleno de obstáculos resonó como una historia de lucha y superación.
Bilbao brilló como anfitrión
San Mamés fue el corazón de una fiesta futbolera. Bilbao, con su rica cultura y gastronomía, acogió a los aficionados con los brazos abiertos. La ciudad se vistió de gala, con zonas de hinchas donde pantallas gigantes transmitían el partido.
Desde el Casco Viejo hasta el Guggenheim, el ambiente era electrizante. La UEFA compensó a Bilbao con esta final tras perder la Euro 2020, y la ciudad respondió con hospitalidad de sobra.
Los seguidores del Tottenham y el United, además de disfrutar el fútbol, exploraron la costa vasca y saborearon pintxos inolvidables.
En cuanto la organización del evento, todo fue impecable. La UEFA destinó 41,000 entradas para aficionados y público general, con precios desde 40 € para la categoría “Fans First”. Al realizarse la venta mediante lotería se mantuvo la igualdad, aunque varios se quedaron sin boleto. Parece que Bilbao no solo albergó un partido, sino una celebración global que dejó huella en todos los que estuvieron ahí.
Un nuevo amanecer para el Tottenham
La victoria del Tottenham marcó su tercer título de la Europa League, igualando al Liverpool como el club inglés más exitoso en la competencia. Este triunfo, el primero desde 2008, rompió una sequía que pesaba en los corazones de los aficionados.
Más allá del trofeo, el pase a la Champions League representa un impulso económico vital. Mientras el Sevilla domina con siete títulos, el Tottenham ahora comparte el segundo lugar con gigantes como Juventus y Atlético de Madrid.
Los hinchas, desde Londres hasta México, celebran este logro como un renacer. Para mí, ver al Tottenham levantar el trofeo en Bilbao fue un recordatorio de que el fútbol siempre guarda sorpresas.